En la ciudad del Sol y del acero, nos encontramos María del Carmen y yo, realizando un recorrido en el Parque de la Villa recordando viejos tiempos, allí pude pasar otro agradable rato con mi adorada madre, quien siempre me ha dado el apoyo y ternura para encontrar mis metas. A ti madrecita querida tedigo que siempre estás en mi corazón y en mi mente, por eso le doy gracias a Dios por permitir que estés aquí entre nosotros dándonos tu amor maternal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario